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Santo Cristo de Bagazán, en la cueva que lleva su mismo nombre |
Segúiun la leyenda aproximadamente la segunda semana de Junio de 1890, un vecino de Rioja llamado Manuel Aspajo regresaba de las serranías de Chachapoyas, conduciendo sus bueyes. Al cabo de tres días de viaje y habiendo pasado la punta de Pishcohuañurna sin ninguna novedad y bajo un sol esplendido, llegó al lugar denominado Bagazán,
donde decide acampar. Soltó sus bueyes para que pastaran mientras pernoctaba.
Al día siguiente, don Manuel se despertó muy temprano para ir a buscar sus bueyes, dirigiéndose al riachuelo de Bagazán. Luego de haber caminado 400 metros más o menos escucho una voz. Aspajo creyó que algún arriero buscaba sus animales y contesto de la misma forma, pero luego todo quedo en silencio.
Después de un momento, volvió a oír la misma voz. Aspajo respondió más fuerte, pero, como al principio, no obtuvo respuesta. Sin darle mayor importancia al extraño caso se dispuso a continuar la búsqueda, en ese momento resonó otra vez el grito misterioso. El arriero se dirigió sigilosamente hacia el sitio de donde provenía la voz y encontró una espaciosa cueva. Era como una habitación protegida de lluvia y viento. Cual no fuera su sorpresa al ver en centro de ella un pequeño Cristo apoyado en un barco de piedra que le servía como altar.
Aspajo se arrodilló junto a la imagen, rezó algunas oraciones, y llorando de alegría lo tomo en sus brazos. Olvidándose por completo de sus bueyes, emprendió veloz marcha hacia el tambo, guardó al Cristo dentro de una petaca grande de totora y se dirigió a Rioja; llegando el mismo día de su partida, que fue el segundo domingo de Junio de 1890, cuando normalmente ese trayecto se hacía en tres días. La carga que llevaba en la espalda, esta vez en lugar de aumentar, disminuyo de peso.
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Santo Cristo de Bagazán en su Capilla |
La noticia del misterioso hallazgo corrió por toda la ciudad. Aspajo se acordó de sus bueyes y regresó a buscarlos, encontrándolos de regreso cerca del rio Uquihua, sin guía alguna. Primera evidencia milagrosa del Cristo de Bagazán que los riojanos por tradición celebramos.
Actualmente, tiene una moderna capilla, construida con la participación activa del pueblo riojano. Sus puertas están abiertas a la gran afluencia de devotos que van a consagrarse al Cristo y a dedicarle oraciones de gratitud por los beneficios recibidos.
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Fuente: Rioja, Guía Cultural | Referencia Histórica, Geográfica y Folklorica
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